AI pide cuentas por asesinato de civiles en Tamaulipas
El llamado explica que las violaciones a los derechos humanos por parte de militares, deben ser investigadas
El asesinato de cinco hombres a manos de militares en Nuevo Laredo el pasado domingo llamó la atención de la organización global de derechos humanos Amnistía Internacional (AI), que a través de un llamado, pidió a la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) que rindiera cuentas de los hechos.
“Recordamos que los casos de violaciones a derechos humanos cometidas por militares en contra de personas deben ser investigadas y juzgadas por jueces civiles” explicó la organización, que extendió su petición al propio Estado mexicano, al que instó a actuar para que las familias de las víctimas reciban justicia y reparación del daño de forma transparente.
El llamado, publicado el jueves en la cuenta de Twitter Amnistía Internacional México, también explica que cualquier caso de violaciones a los derechos humanos por parte de militares, debe ser investigada y juzgada por jueces civiles, y concluye con el recordatorio de que “la militarización no es la solución”.
El tema fue retomado este viernes, ya que a través de la misma red social, explicó que cuando se inician investigaciones simultáneas, como en el caso de la ejecución extrajudicial de los jóvenes, las autoridades militares son las primeras en tener acceso tanto a la escena del crimen como a las declaraciones de los propios soldados involucrados, lo que da pie a situaciones de alteraciones de las mismas.
Esto a su vez limita el acceso a la información de las investigaciones, y retrasa el acceso a la justicia.
Cabe recordar que este mismo jueves, el presidente Andrés Manuel López Obrador solicitó que se determine el papel de la Sedena en el asesinato múltiple, y dejó ver la posibilidad de que los militares “sean castigados” en caso de resultar responsables.
La Sedena, por su parte, explicó que los elementos del Ejército actuaron tras “escuchar un estruendo”, y que incluso se vieron envueltos en una persecución de los jóvenes, a los que en las primeras horas posteriores al crimen, acusaron de pertenecer al crimen organizado.
Según esa versión, la camioneta chocó contra un vehículo estacionado, y al escuchar el “estruendo”, el personal militar “accionó sus armas”.
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