Al parecer, la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes (SITC) no hizo bien sus funciones, y hoy, la Presidencia de la República informó que todas las atribuciones de esa dependencia al interior del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) pasarán a ser parte de las responsabilidades de la Marina. Aunque ya había un Decreto que lo puso sobre la mesa y la Marina ya tenía presencia en el AICM, aún no se contaba con el control administrativo del aeropuerto, por lo que se publicó este martes el Acuerdo para trasladar las tareas a los marinos.
Para expertos, la decisión de trasladar las tareas y funciones de la SICT a la Marina tiene pros y contras, ya que habrá un mayor control en los temas de tráfico, pero también pueden darse mayores situaciones de corrupción al tener sólo una cabeza al frente dentro de las instalaciones del aeropuerto más transitado de Latinoamérica.
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“¿Te imaginas todo lo que se va a mover? Personas, armas, droga… una sola cabeza, un solo control y ellos no pueden ser juzgados como civiles, nada de qué preocuparse en consecuencia de sus acciones”, señaló Rubén Gamboa, analista en derecho aeronáutico. “El Gobierno buscó a toda costa darle el control a las Fuerzas Armadas de los puntos neurálgicos del país, incluidos los aeropuertos y aduanas, puntos del comercio global”, indicó Gamboa.
Además, entre las contras de esta decisión gubernamental, explicó que la entrada de las Fuerzas Armadas conlleva la rescisión del personal civil que por años laboró en el AICM y que gradualmente han sido reemplazados con militares, contrario a lo que señala el Acuerdo publicado hoy sobre trasladar el recurso humano a las órdenes de la Marina.
Entre lo que debe resolver el Almirante José Rafael Ojeda Durán, titular de la Marina, está la respuesta a las anomalías en el último informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), correspondiente a la primera entrega de 2022, donde hicieron observaciones por pagos en exceso por más de un millón de pesos en el reencarpetado de las pistas, tareas que no hicieron los militares, pero que deberán responder.
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