Hay algo en los agujeros negros que atrae irremediablemente hacia ellos. Por supuesto, su gravedad es tan fuerte que ni la luz puede eludir su atracción.
Pero hay algo más; su misterioso abismo infinito desafía e incluso obliga, a mirarlos más de cerca. Sin embargo, el viaje a un agujero negro es una travesía sin retorno.
Los agujeros negros surgen de la implosión de una a una gran estrella -de hasta 25 veces mayores al tamaño del Sol-; es decir. cuando a la estrellas se le agota el combustible, colapsa bajo su propio peso y se convierte en uno.
Aproximadamente una de cada mil estrellas de la galaxia es suficientemente grande como para generar un agujero negro. Así que, como la Vía Láctea tiene al menos 100.000 millones de ellas, podrían ocurrir hasta 100 millones de estos fenómenos.
Luces y sombra
Aunque un agujero negro es, como era de esperar, negro. El verdadeto espectáculo radica en su espiral rodeado de gas y polvo. Y a medida que el material es consumido, cuando la fricción lo calienta a miles de millones de grados produciendo gran cantidad de radiación y fugas de energía y partículas cargadas.
No sería posible mirarlo directamente, ya que está envuelto en gas y polvo. Sin embargo, podríamos ver cómo la gravedad dobla los rayos de sol, creando una ilusión visual en la materia circundante llamada sombra del agujero negro.
Además la poderosa gravedad de un agujero negro tira de estas partículas haciéndolas dibujar órbitas en torno a éste.
Que hay dentro
Aunque puede que una simple visión no te permita ver directamente el fondo de un agujero negro, la hipótesis más convencional en caso de ingresar a su interior es que saldríamos hechos unos espaguetis.
A medida en que fueras acercándote al agujero, la diferencia de gravedad entre tus pies y tu cabeza se haría cada vez más grande, y en un momento te partiría en dos. Pronto esa fuerza de marea, como se denomina a esa atracción, desgarraría cada célula, molécula, cada átomo de tu cuerpo.
Según las matemáticas, si el agujero negro es relativamente pequeño, de una décima parte del tamaño del sol, te convertirías en espagueti mucho antes de cruzar el horizonte de sucesos, el punto en el que la luz ya no puede escapar de la gravedad del agujero. Pero si el agujero negro es enorme, si tienen miles de millones de veces la masa del sol, entonces cruzarías el horizonte de sucesos sin problemas.
Sin embargo, para averiguar exactamente lo que ocurre en un agujero negro tendríamos que viajar al interior de uno. El problema es que no podríamos contar lo que vimos a nadie, por que ese es un viaje sin retorno.