La tercera ola de contagios por Covid-19 se ha convertido en la más letal y contagiosa para las personas menores de 18 años en México; tan sólo en agosto de este año se han reportado 86 defunciones en esta población, lo que representa un 10.68% del total de fallecimientos en este grupo de edad, pero esta cifra podría superar los 100 registros una vez que se consoliden los datos de este mes.
Datos de la Dirección General de Epidemiología (DGE) muestran que, en promedio, mil 200 menores de edad enfermaron por Covid-19 cada día de agosto hasta alcanzar un máximo histórico de 33 mil 869 pacientes en este grupo de edad, de los cuales mil 48 fueron hospitalizados.
A diferencia de otros momentos, los menores de edad conforman el 3.3% de los hospitalizados por Covid-19 en el país, una cifra dos puntos más alta que la registrada durante los meses previos, y que, según expertos, seguirá aumentando mientras el Plan Nacional de Vacunación no contemple a este grupo poblacional dentro de las estrategias de protección.
Este aumento en el número de casos y defunciones coincide con el regreso presencial de clases, e incluso algunos estados del país optaron por posponer este proceso debido a la falta de condiciones para garantizar una reapertura segura tanto para los estudiantes, como para sus familias.
Michoacán es uno de los estados que permanecerá con clases remotas en el nivel básico debido al aumento de casos positivos durante las últimas semanas; datos de la DGE muestran que durante agosto se registró un incremento de 73.6% en el número de menores de 15 años que se enfermaron por Covid-19 en esa entidad.
Otro de los estados que optó por permanecer en clases remotas en algunos de sus municipios fue Nayarit, que no sólo enfrenta un violento repunte de casos de Covid-19, también tuvo afectaciones por el paso del huracán Nora, que también retrasó el regreso a las aulas en Baja California Sur.
Finalmente, otros estados como Nuevo León, Morelos o Guanajuato aseguraron que las clases se mantendrán en un modelo híbrido para garantizar que las escuelas no se conviertan en puntos de contagio o rebrote como ha sucedido en otros países del mundo.