Cuando parecía que las presiones inflacionarias sobre las economías globales comenzaban a ceder, algunos de los principales productores petroleros en el mundo se disponen a reducir la oferta de petróleo para apuntalar los precios, una decisión que impactará en las cadenas productivas y por consecuencia una factura que se trasladará a los consumidores.
En el caso de México, la noticia es de “suerte” para el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, ya que el viernes pasado, la Secretaría de Haciendo dio a conocer los Pre-Criterios Económicos 2024, donde se incluye el precio del petróleo de este año, y recortó la estimación del barril de crudo de Pemex de 68.7 a 66.6 dólares, un 3.1 % menos a lo que se estableció en el Presupuesto de Ingresos de la Federación 2023, debido a que los precios internacionales iban en declive.
Ante esta noticia, el gobierno de México podría ver otra vez grandes cantidades de excedentes de dólares por la venta de petróleo al exterior. La OPEP va por un recorte de 1.1 millón de barriles diarios a partir de mayo, de los cuales, Arabia Saudita reduciría unos 500 mil menos e Irak otros 200 mil barriles, y el resto entre sus otros miembros y posiblemente entre aliados como es el caso de México.
Sin embargo, para los consumidores mexicanos, aunque el gobierno tendría más recursos económicos, si es que repuntan los precios, el resto de las mercancías globales presentarán presiones, por lo que serán más caras.
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A pesar de que la gestión morenista aplica subsidios en los energéticos, productos que las empresas importen para abastecer al mercado o a su producción podrían traer nuevas presiones a las cadenas productivas.
Tras el anuncio de la OPEP, el petróleo operado en Nueva York, el Resto Texas Internediate (WTI), ganó un 6.36 %, y pasó de 75.67 a 80.48 dólares. En Europa, el Brent del Mar del Norte subió un 6.27 %, desde los 79.89 dólares, a un cierre en los 84.87.
En México, el barril de exportación el jueves pasado cerró en 64.19 dólares, un precio por debajo de lo que espera el gobierno federal, pero que con las medidas que tomará la OPEP, indudablemente aumentará el precio en el corto plazo.
El recorte de 1.1 millones ya se prevé como la antesala de regresar a las cotizaciones de los 100 dólares por barril en el mercado internacional, unos 90 dólares para la mezcla mexicana, aproximadamente.
Aunque es una buena noticia para los productores, para el resto del mundo que dependen de la compra de los energéticos, esto se traducirá en un factor inflacionario, de nueva cuenta.
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