La rentabilidad esperada con la puesta en marcha del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) está en duda. El hecho de que no se hayan considerado los datos históricos de la situación y necesidades aeroportuarias del centro del país, que incluye la interconexión terrestre entre los tres aeropuertos de la zona, pone en riesgo el incrementar el monto de inversión y que se alcancen los beneficios esperados por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Considerado como uno de los proyectos pilares de la actual administración, la viabilidad del aeropuerto ubicado en la Base Aérea Militar No. 1 en Santa Lucia fue cuestionada en la auditoría de desempeño que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) realizó sobre el proyecto a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en la que se advirtió la ausencia de “una estrategia integral de transporte y de interconexión”, ni las estimaciones necesarias para una adecuada distribución de los eventuales pasajeros entre el AIFA, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y el Aeropuerto Internacional de Toluca.
“Existe el riesgo de que se afecten los beneficios esperados y se requiera de un mayor monto de inversión y, en consecuencia, el Estado no obtenga la rentabilidad originalmente esperada”, concluyó la ASF como parte de las consecuencias sociales determinadas del proyecto aeroportuario del cual se espera que, en su máxima etapa de operación transportará al 53.4% de los 158.9 millones de pasajeros del centro del país esperados para 2052.
En total, el órgano fiscalizador determinó 15 recomendaciones hacia la Sedena, de las cuales el objetivo general se enfocó en la reorientación para “mejorar y perfeccionar la planeación estratégica del proyecto del AIFA”, a fin de que la dependencia actualice sus proyectos de inversión; de la demanda esperada; y la distribución de pasajeros, entre otros aspectos, considerando que la puesta en marcha del aeropuerto está prevista para el 2022.
Si bien en el informe de auditoría se reconoce que en términos generales la Sedena, ha cumplido con la asignación del presidente de la República de realizar el proyecto aeroportuario, se identificaron tres aspectos en los que la institución tiene la necesidad de fortalecer su gestión a fin de “mitigar los riesgos que pueden incidir en su ejecución y conclusión en el plazo previsto”.
Los hallazgos con esa necesidad son: la planeación estratégica del aeropuerto, principalmente, en las proyecciones de la demanda y la nueva distribución planteada para la atención de los pasajeros en los tres aeropuertos del centro del país, pues no se consideraron las necesidades de las aerolíneas, y los costos en los que éstas incurrirán con readecuación.
Un según hallazgo recae en la identificación y evaluación de los riesgos que podrían afectar la construcción y operación del aeropuerto; así como la coordinación entre las partes interesadas, “ya que se requiere fortalecer la comunicación y coordinación con distintas dependencias, entidades, gobiernos estatales y municipales, organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales clave” en favor del proyecto.
Dentro de estos riesgos, la ASF emitió una sugerencia a la Cámara de Diputados para que a través de la Comisión de Comunicaciones y Transportes y de Defensa Nacional, se determine el marco de actuación tanto de la Sedena como de la SCT en cuanto a la construcción y operación de aeropuertos mixtos, es decir, el delimitar las operaciones civiles y militares sin “riesgos de conflicto”.
“Llevamos muy poco tiempo y ya estamos inaugurando esta primera etapa, y vamos a regresar el día 19 para inaugurar instalaciones del Ejército, de la zona militar; y el 21 de marzo del año próximo inauguramos el complejo, este aeropuerto moderno, internacional, ‘Felipe Ángeles’”, reiteró el presidente López Obrador el pasado 10 de febrero, durante la inauguración de instalaciones en la Base Aérea Militar donde se construye el aeropuerto.