Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador abrió un nuevo frente para México con los aranceles del 50% a las exportaciones al maíz blanco, el de la prohibición para el maíz transgénico se mantiene abierto y el gobierno de Estados Unidos ha advertido la posibilidad de adoptar “medidas formales” contra nuestro país.
El jefe negociador agrícola de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos, Doug McKalip, y el subsecretario de Comercio y Asuntos Agrícolas Extranjeros del Departamento de Agricultura, Alexis Taylor, dijeron que han abordado sus preocupaciones en torno a políticas de biotecnología con sus homólogos mexicanos.
“En nuestras reuniones de hoy, volvimos a enfatizar las preocupaciones expresadas anteriormente por el Secretario Vilsack y la embajadora Tai”, indicaron.
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Y añadieron que se dejó claro a la contraparte mexicana que si la situación en torno al maíz transgénico no se resuelve, se considerarán “todas las opciones”, lo que incluye “la adopción de medidas formales para hacer cumplir nuestros derechos en virtud del Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá”.
Si bien ambos funcionarios agradecieron las modificaciones propuestas al decreto presidencial que México propuso realizar a finales del año pasado, consideraron que estas no son suficientes.
De acuerdo con los funcionarios estadounidenses el enfoque “no está basado en la ciencia” y amenaza con interrumpir con miles de millones de dólares en el comercio agrícola que comparten ambos países.
Foto: Cuartoscuro
Con ello, señalan, se estaría causando un grave daño económico a los agricultores estadounidenses y ganaderos mexicanos, mientras se reprimen innovaciones necesarias para ayudar a los productores a responder a los desafíos climáticos y de seguridad alimentaria.
Esto se da luego de que el pasado 7 de diciembre la secretaria de Economía Raquel Buenrostro hizo saber a Estados Unidos una serie de modificaciones al decrerto en torno al conflicto por la prohibición del maíz transgénico.
Dentro de los cambios realizados se encuentra el que la prohibición para importarlo a México se extendería por un año, de enero de 2024 a enero de 2025, mientras que los reguladores sanitarios revisarán conjuntamente posibles efectos para la salud de este tipo de maíz.
Sin embargo, desde entonces se ve enero como un mes crucial para llegar a un acuerdo en torno a este tema, pues el presidente López Obrador ha asegurado que no cederá en el tema, pese a los amagos de recurrir al T-MEC.
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