El gobierno federal desarrollo un esquema financiero para simular que incrementa el gasto en salud, pero que, en realidad, canaliza recursos a otros rubros, presumiblemente para contener los precios de los combustibles, apoyar a Petróleos Mexicanos (Pemex) o construir el Tren Maya.
Una investigación realizada por México Evalúa señala que las instituciones utilizadas para desplegar la estrategia son el Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi), diseñado originalmente para financiar gastos catastróficos de las personas que no cuentan con seguridad social) y la Tesorería de la Federación (Tesofe).
“En 2022, la transición del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) al IMSS-Bienestar prometía reactivar el gasto en salud de las personas sin seguridad social. No sólo se fracasó en el intento; también se institucionalizó la simulación del gasto en salud”, señala el documento de México Evalúa. En resumen, la organización advierte que “se han transferido recursos al Fonsabi, para luego ‘sacarlos’ y usarlos en fines distintos al de la salud”.
En lo que va del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, las transferencias trimestrales al Fonsabi promedian 12 mil 900 millones de pesos (122% más que el sexenio de Enrique Peña Nieto), pero sus salidas ascienden a 17 mil millones de pesos (347% más que el sexenio pasado).
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Sin embargo, alerta el reporte de México Evalúa “menos del 5% de los gastos del Fonsabi se han dedicado a la atención de enfermedades catastróficas y construcción de infraestructura. El 95% restante se ha transferido a la Tesorería de la Federación (Tesofe), donde se pierde el rastro del dinero. Toda una ‘lavadora’ del gasto en salud”.
Creado en 2004 para financiar las intervenciones médicas o tratamientos de alto costo para las personas más pobres que no cuentan con IMSS-ISSSTE o cualquier otro esquema de protección social, el Fonsabi se ha convertido en este sexenio en una “caja chica” del gobierno, toda vez que se le asignan recursos millonarios y al final se simulan subejercicios para que terminen en manos de la Tesorería de la Federación.
“Financieramente, el Fonsabi ha estado más activo que nunca. De 2010 a 2018, sus ingresos trimestrales promediaron 5 mil 800 millones de pesos y sus salidas 3 mil 800 millones. Las transferencias a fideicomisos en años recientes han inflado el gasto de la Secretaría de Salud, pero lo más grave es que al llegar a estos instrumentos se ha perdido su trazabilidad”, puntualiza el documento.
El truco legal que permite el desvío de recursos se instrumentó en 2020, cuando se añadió a la Ley General de Salud el artículo 77 bis 17, el cual establece que “cuando el Fondo acumule recursos en un monto superior a dos veces la suma aprobada en el Presupuesto de Egresos de la Federación (ese año fueron 32 mil millones de pesos), el remanente podrá destinarse a fortalecer acciones en materia de salud a través del reintegro de recursos correspondiente a la Tesorería de la Federación”.
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Más recientemente, en 2022 y 2023 la Ley de Ingresos de la Federación se modificó para que todo el remanente fuera depositado en la Tesofe, salvo que la SHCP autorizara lo contrario. En estas reformas ya no se estableció un compromiso con respecto al destino que deben tener los recursos transferidos a Hacienda.
Bajo este esquema, en 2020 hubo gastos por 63 mil 700 millones de pesos del Fonsabi, de los cuales el 14.7% fue para atender enfermedades de alto costo e infraestructura; el 51% para cumplir con la obligación establecida en la LGS (traspasar 40 mil millones al Insabi para gasto corriente) y el 34.2% para atender la obligación de la LGS de traspasar a la Tesofe el remanente del Fonsabi.
En 2021, las erogaciones totales fueron de 114 mmdp, de las cuales sólo el 10.4% fueron para enfermedades de alto costo, infraestructura y medicamentos; el 8.5% correspondió a la obligación de traspasar 40 mil millones al Insabi; 50% a la regla de la LGS de traspasar a la Tesofe recursos, y el 30.9% a la obligación de la LIF 2021 de concentrar en la Tesofe el patrimonio del fondo.
“Es decir, en 2021 el 80.9% (92 mil 700 millones de pesos de los recursos del Fonsabi fueron a parar directamente a la Tesofe, por lo que es imposible para la ciudadanía saber si esos recursos fueron utilizados en materia de salud.
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