Las últimas tres administraciones de Chihuahua, encabezadas por el priista César Duarte y los panistas Javier Corral y Maru Campos, permitieron que José Noriel Portillo, El Chueco, operara con impunidad en la entidad, acusó el presidente Andrés Manuel López Obrador, tras el hallazgo de un cuerpo que podría pertenecer al homicida de los sacerdotes jesuitas.
Y es que, desde hace más de 10 años, el hombre de 29 años de edad se integró al Cártel de Sinaloa. Después se convirtió en lugarteniente de la fracción conocida como “Gente Nueva”, brazo armado del Cártel que opera en la zona serrana entre Sinaloa y Chihuahua, donde en julio pasado detuvieron al capo Rafael Caro Quintero.
Desde hace nueve meses, autoridades señalaron a El Chueco como el autor material de los asesinatos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, así como del guía de turistas Pedro Eliodoro Palma, en el poblado de Cerocahui en el municipio de Urique. Por lo que se emitió una alerta migratoria y se ofreció una recompensa de cinco millones de pesos por información que llevara a su detención.
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Este miércoles, el presidente López Obrador confirmó el hallazgo de un cuerpo que coincide con las características del presunto delincuente, pero señaló que esperarán los análisis correspondientes para confirmar su muerte. Sin embargo, aprovechó para señalar a las autoridades de la entidad de permitirle vivir en impunidad.
“Primero, porque pues estaba tolerado en la zona, era hasta promotor de un equipo de béisbol. Las autoridades locales de Chihuahua sabían y no se hacía nada, esa es la verdad, tan es así que los mismos sacerdotes lo identificaban, se sabía que él operaba y lo hacía con impunidad”, señaló el mandatario.
Por su parte, el fiscal general de Chihuahua, César Jáuregui informó que familiares de Noriel Portilla ya lo habían identificado, pero aseguró que oficialmente esperarían el resultado de la prueba de ADN para confirmar su identidad, mientras que la Fiscalía de Sinaloa encabezaría la investigación del probable homicidio del que fue víctima, luego de que el cuerpo fue hallado en una brecha en el municipio de Choix.
Deja estela de crímenes
En 2017, en una fiesta de 15 años, un comando arribó y disparó contra los asistentes. Entre los ocho muertos, las autoridades identificaron supuestamente a Portillo Herrera, pero después pobladores de Urique lo vieron con vida y siguió cometiendo delitos.
En octubre de 2019, tres hombres, que vendían cobertores, llegaron a la entidad provenientes de Zacatecas, pero desaparecieron y El Chueco era el principal sospechoso. También estuvo presuntamente involucrado en la muerte del activista Cruz Soto Caraveo, perteneciente al Colectivo de Familias Desplazadas Forzadamente de la Sierra Tarahumara.
Otro de los casos en los que se le involucra fue el asesinato del joven estadounidense Patrick Braxton Andrew, a quien confundieron con un agente de la DEA, solo por el hecho de hablar en inglés.
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