La violencia física o psicológica genera un estado de victimización en los alumnos que la sufren e influye en su capacidad de concentración. Al menos 13% de los estudiantes de secundaria dijeron ser víctimas frecuentes de burlas Francisco Pazos
El acoso y la violencia escolar comienzan a mermar el desempeño escolar de los estudiantes mexicanos.
Al menos, dos de cada 10 alumnos en las escuelas de educación básica del país son víctimas de acoso escolar varias veces al mes.
La violencia entre estudiantes mexicanos superó la media de los países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que reportaron frecuencias promedio de 18.7% sobre los alumnos acosados y violentados en las aulas escolares.
›Las cifras fueron dadas a conocer durante el último reporte del organismo internacional denominado El Bienestar de los Estudiantes: Resultados PISA 2015, derivado de evaluaciones aplicadas a 540 mil estudiantes de 72 países y economías participantes y que representa la realidad escolar de 29 millones de jóvenes de 15 años, inscritos en una institución educativa.
Los resultados para México mostraron que 13% de los estudiantes en nivel secundaria dijeron ser víctimas frecuentes de burlas de algunos de sus compañeros, mientras que 5.3% aseguró que varias veces al mes era golpeado o empujado durante su estancia en la escuela.
Ambas cifras superan el promedio de las naciones integrantes de la OCDE y de las economías participantes en el estudio, de los que se obtuvo 10.9% en el caso de las agresiones sicológicas y 4.3% de media para las agresiones físicas entre escolares.
En general, las niñas mostraron ser víctimas con una menor frecuencia de las agresiones físicas en comparación con los estudiantes varones.
Sin embargo, mostraron con mayor continuidad estar involucradas en rumores negativos que las afectaron, tanto en su calidad de vida como en su desempeño académico.
A pesar de la nota por encima del promedio, México aparece por debajo de otros países con economías marcadamente más desarrolladas en comparación con la nacional, como Australia y el Reino Unido, países en los que sus estudiantes reportaron índices de violencia de 24.2 y 23.9%, respectivamente. Incluso, en sistemas educativos con altos índices de desempeño académico como el danés, sus estudiantes reportaron niveles de frecuencia sobre violencia física y sicológica similares a los de México, con una media de 20.1 por ciento.
De acuerdo con el reporte, en los extremos sobre el porcentaje de alumnos que han sido expuestos a cualquier tipo de violencia se ubican Latvia, como el peor calificado con un índice de 30.6 por ciento, mientras que en el mejor entorno escolar se ubicó a los estudiantes holandeses que apenas reportaron una frecuencia de 9.3 por ciento.
Merma a la educación
A diferencia de otros sistemas como el danés, en el que la exposición de los estudiantes al acoso escolar no parece impactar en el desempeño escolar, en México, la violencia en los salones de clase acaba poco a poco con el aprovechamiento y aprendizaje de los alumnos.
Los resultados del estudio aplicado por la OCDE revelaron que la violencia física o sicológica genera un estado de victimización en los estudiantes que la padecen, lo que influye en su capacidad de concentración, principalmente durante la aplicación de pruebas o exámenes.
El rastro que deja la violencia escolar en el aprovechamiento es más evidente en el área de Ciencias, en el que los estudiantes mexicanos inscritos en escuelas que tienen altos niveles de acoso escolar obtuvieron en promedio 34 puntos menos, en comparación con las escuelas en las que menos de 5% de sus alumnos son acosados. El puntaje que obtienen los alumnos víctimas de acoso escolar en el área de Ciencias mejoró en 12 unidades para los estudiantes con mejores condiciones socioeconómicas, los cuales obtuvieron sólo 22 puntos menos en las pruebas de Ciencias, lo que muestra que la pobreza y la marginación agudizan el problema del bajo aprovechamiento en las escuelas del país. El bajo rendimiento académico y la violencia recibida, ya sea psicológica o física, se toman de la mano para formar un ciclo vicioso, como muestran los resultados del estudio al revelar que los estudiantes con mal aprovechamiento son casi dos veces más propensos a ser frecuentemente golpeados o empujados y casi tres veces más a ser sujetos de rumores desagradables, en comparación con los estudiantes con mejores notas.
Nuevamente, los estudiantes mexicanos reportaron un mejor aprovechamiento en entornos de violencia frecuente, comparados con estudiantes griegos o franceses que son acosados, quienes obtienen entre 60 y 50 puntos menos en el área de Ciencias en esas circunstancias.
Chavos satisfechos
A pesar de los entornos de acoso escolar, los estudiantes mexicanos se ubicaron en el segundo sitio con 8.3 puntos de 10, sólo por debajo de los alumnos en República Dominicana, al ser cuestionados sobre si estaban satisfechos con su propia vida.
El sentido de bienestar también fue relacionado con el desempeño académico y con el de pertenencia a la escuela a la que acuden, pues entre más alto es éste último, mejor será su relación con sus maestros y con sus compañeros, alejando la violencia de su desarrollo estudiantil. Al menos, 91% de los estudiantes mexicanos aseguraron en que su maestro del área de Ciencias “se mostraba interesado y apoyaba su aprendizaje”, lo que reforzaba su percepción de satisfacción con la vida.
En el caso contrario, 15% de los alumnos mexicanos aseguraron que su maestro los calificó con mayor dureza en comparación con otros estudiantes, 7% que los disciplinaba más severamente que a otros y 6% que los ridiculizaba frente a otros varias veces cada mes.
La exposición a la violencia se agudiza cuando los estudiantes no son apoyados por sus padres para resolver sus problemas escolares.
En México, 44% de los padres de menores que son víctimas de acoso dijeron haber intercambiado ideas con los maestros sobre cómo formar a sus hijos, en comparación con 39% de los padres de alumnos que no están frecuentemente expuestos al acoso escolar.
En tanto, la interacción entre padres de familiar y profesores es 20% menor en comparación con la media obtenida por los países de la OCDE, en relación a intercambio de información.