A una semana de su asesinato, sepultan a sacerdotes jesuitas
Los cuerpos fueron sepultados en el atrio del templo de San Francisco Javier, la misma iglesia en la que la tarde del lunes 13 de agosto los asesinaron y se los llevaron
Entre llantos, aplausos y el repicar de las campanas que no paraban, fueron sepultados los cuerpos de Javier Campos y Joaquín Mora, sacerdotes jesuitas asesinados en Cerocahui, Chihuahua, hace una semana.
Eran más de las dos de la tarde cuando pobladores y religiosos bajaron los cuerpos en el atrio del templo de San Francisco Javier, la misma iglesia en la que la tarde del lunes 20 de junio los asesinaron y se los llevaron.
Los cuerpos de los sacerdotes viajaron desde Chihuahua al municipio de Bocoyna, donde se realizaron ceremonias religiosas para su eterno descanso, pero después iniciaron su viaje hacia su último destino, el templo de San Francisco Javier, donde dedicaron gran parte de su vida a trabajos en beneficio de la comunidad.
Cuando llegaron al municipio de Bahuichivo, cerca de un centenar de pobladores y religiosos acompañaron los féretros; vestidos de blanco y portando banderas del mismo color -en señal de paz- iniciaron una caravana que terminó en la iglesia donde fueron asesinados y hoy, ya descansan en paz.
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Ambos cuerpos fueron encontrados sin vida el miércoles 22 de junio, pero no fue hasta la noche del domingo 26 cuando inició la velación perpetua para los sacerdotes. Tras más de 12 horas en las que se purificó el templo, procedieron a excavar las que serán las tumbas de dos víctimas más de la violencia que azota al país.
La comunidad de Cerocahui está enclavada en la barranca de Urique, en la sierra Taraumara, ahí donde la Secretaría de la Defensa Nacional ya envió más de mil militares para reforzar la seguridad de la región.
Las investigaciones de la Fiscalía de Chihuahua apuntan a que el guía de turistas Pedro Palma acudió a la iglesia para solicitar auxilio, pues dos hombres armados lo venían siguiendo, sin embargo, él y los dos sacerdotes fueron asesinados presuntamente por José Noriel Portillo “El Chueco”, líder criminal de la región. EJ
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