Trascurridos tres años desde su muerte, nadie en Venezuela puede decir que quedó en el olvido el expresidente Hugo Chávez, cuya figura todavía inspira sentimientos intensos de amor y odio casi por igual en esta nación sudamericana amargamente dividida por la política.
Sus seguidores y el gobierno del presidente Nicolás Maduro, su sucesor designado y heredero político, lo conmemoran este sábado con una serie de actos en Caracas y otras ciudades el deceso de Chávez el 5 de marzo de 2013, muerto a los 58 años tras combatir por casi dos años un cáncer del que aún se desconocen los pormenores.
Los venezolanos enfrentan una severa crisis económica, signada por una galopante inflación que se estima podría alcanzar este año 720%, severos problemas de escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos, y una fuerte recesión económica que podría agravarse este año por la caída de los precios del petróleo que representa la principal fuente de ingresos de divisas del país.
Pese a las dificultades que padecen en su vida diaria, muchos venezolanos lamentan su pérdida y están convencidos que de estar vivo esté enfrentaría la crisis mejor que sus herederos.
“Maduro está rodeado de gente que no sirve, no lo está haciendo bien; pero hay que apoyarlo porque eso nos lo pidió Chávez”, dijo Alfredo González, un jubilado de 74 años, que observaba los ensayos para homenajear al fallecido mandatario, que llegó al gobierno en 1999 y fue reelegido en tres ocasiones, la última de ellas en diciembre de 2012.
“Nunca lo olvidaremos. Es una pena que se haya ido tan pronto”, dijo María Valero, una ama de casa de 33 años, quien citó entre sus logros los servicios médicos gratuitos prestados por médicos cubanos, las viviendas públicas o las computadoras portátiles para los niños pobres.
Otros más, empero, están lejos de sentir pena al recordarlo y lo culpan de la crisis que ven como la consecuencia de años de severo control estatal que minaron el sector productivo privado e hizo al país cada vez más dependiente de la renta petrolera.
“Maduro es culpable de no cambiar las cosas, pero este desastre es la herencia que le dejó Chávez”, dijo Carmen Araujo, una auxiliar de odontología de 27 años.
"(Chávez) hizo algunas cosas buenas, hay gente que no lo reconoce; pero también le hizo mucho daño al país, sembró mucho odio, persiguió a los empresarios, a los comerciantes y ahora estamos pagando las consecuencias ", agregó. Los críticos del gobierno asocian la inflación y el desabastecimiento al agotamiento de un modelo económico instaurado por Chávez caracterizado por el control de precios y de cambio vigente desde 2003 y el crecimiento del gasto público que ha llevado a aumentar el dinero circulante en la economía a niveles nunca vistos.