En los últimos tres años, los reportes de carencias y falta de servicios en todos los niveles de salud pública aumentaron hasta alcanzar máximos históricos que no sólo han repercutido en el deterioro de los sistemas sanitarios del país, también han ocasionado un impacto negativo en la vida de millones de personas en México, así lo advierte el último informe de la organización civil Signos Vitales.
Desde que se implementó el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), proyecto insignia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el número de personas que han sido atendidas por alguna de las principales enfermedades en México se mantiene a la baja, mientras que otros aspectos de sanidad pública como la vacunación ha alcanzado porcentajes de cobertura mínimos.
Julio Frenk, extitular de la Secretaría de Salud (SSa) de México, señaló en este reporte que el Insabi es “un sistema monopólico con regresiones que reducen los beneficios al cubrir sólo servicios de primer y segundo nivel, debilita la capacidad rectora de la SSa, entorpece la compra y distribución de medicamentos en el sector público, reduce la protección social y deteriora las condiciones sanitarias del país”.
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De acuerdo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es uno de los tres países que menos invierte en salud, con un gasto de mil dólares por cada habitante, una cantidad hasta siete veces menor que las naciones nórdicas y muy por debajo del promedio mundial de 4 mil dólares.
Este informe también destaca que México es el país con menos camas de hospitales por cada mil personas entre los miembros de la OCDE, así como el registro de mayor déficit de profesionales de la salud en todas las categorías, una crisis que solo se ha agudizado tras la puesta en marcha del Insabi.
Además advierte que “el desabasto de insumos y medicamentos tendrá impactos sanitarios aún más complejos bajo los contextos de pobreza y marginación actual, lo que implicará secuelas de largo plazo para la vida de millones de mexicanos”.
Para los expertos de este reporte, la pandemia de Covid-19 no sólo aceleró el colapso del sistema de salud público en México, también impuso nuevos retos de atención para millones de personas que necesitarán atención médica permanente a causa de las secuelas de esta enfermedad.
El impacto del desmantelamiento de los sistemas de salud en un momento crítico como fue la pandemia de Coronavirus provocó que la esperanza de vida en México se redujera 2.5 años para las mujeres, y hasta 3.6 para los hombres.
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