Básicamente, se requieren 97 mil millones de pesos en los próximos 15 años, despolitizar el tema y tener un liderazgo autónomo e independiente que tome decisiones con base en la ciencia y la tecnología para hacer un uso sustentable del agua en el área conurbada del Valle de México; de lo contrario, dentro de unos 40 años habrá no una crisis sino una verdadera catástrofe hídrica.
También, y sobre todo, es necesario hacer un cambio radical en el paradigma en el manejo del agua en la cuenca del Valle de México; ya que se corre el peligro que en unas cuantas décadas terminemos con el acuífero que a la naturaleza le tomó 30 mil años hacer y que provee dos terceras partes (67%) del agua que se usa en la el área conurbada.
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Estas fueron las principales conclusiones a las que se llegó en el informe Perspectivas del agua en el Valle de México. Propuestas hacia la seguridad hídrica, presentado hoy en el Instituto de Ingeniería de la UNAM y elaborado por Agua Capital, soluciones para la seguridad hídrica; Red del Agua, UNAM, y el Centro Regional de Seguridad Hídrica Bajo los auspicios de la UNESCO (CERSHI), con la colaboración de 20 expertos.
Según los autores del informe, que hicieron un exhaustivo diagnóstico desde diversos puntos de vista, la actual crisis de agua que se está viviendo en el Valle de México y las próximas elecciones en junio de este año constituyen una excelente oportunidad para hacer el cambio de paradigma y adoptar las 14 propuestas concretas de acción que podrían prevenir la catástrofe.
Diagnóstico alarmante
Las décadas en las que se ha desatendido el problema del agua hacen que el diagnóstico de su situación sea en verdad alarmante; para demostrarlo, Eduardo Vázquez, de Agua Capital y coautor, destacó datos como que se extrae del acuífero 2.15 veces más agua de la que recarga.
Vázquez también señaló, entre otros problemas, que el sistema Cutzamala ya “excedió su vida útil”; que sólo se reutilizan el 12% de las aguas residuales, y que hay severas deficiencias en la prestaciones de los servicios, por lo que el 40% de agua de uso urbano se pierde en fugas, el 60% de la de uso agrícola se va por deficiencias en el riego y que la calidad del agua entubada está empeorando.
Precondiciones irrenunciables
Por su altura, urbanización y demografía, la cuenca del Valle México es “una de las más complicadas del mundo”; para su manejo, además de reconocer que no se puede seguir haciendo lo que se ha hecho hasta ahora, son necesarias tres precondiciones irrenunciables. Fernando González Villarreal, del CERSHI y otro de los coautores del informe, señaló que éstas son liderazgo, gobernabilidad y financiamiento.
En cuanto al financiamiento, se requieren 97 mil millones de pesos, adicionales al presupuesto regular que se tiene actualmente, para los próximos 15 años. Esta cantidad es más o menos equivalente al presupuesto total de la Secretaría de Salud para un año.
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La mayoría de esos recursos, 40 mil 500 millones de pesos, serían para el control de fugas y para la sustitución de tuberías de casi la mitad del sistema Cutzamala.
Otros 25 mil millones serían para la gestión del agua: Manejo sustentable de acuíferos, saneamiento, captación de agua de lluvia y monitoreo. 16 mil millones más serían para buscar una nueva fuente de abastecimiento de agua para la Ciudad de México.
Sobre el liderazgo, el documento involucra al Gobierno Federal, los gobiernos de la Ciudad de México y de los estados de México, Hidalgo y Tlaxcala. “Digamos, un consejo formado precisamente por estas entidades, y entre ellas tendrá que surgir el liderazgo; necesitamos buscar quién va a ser el campeón de este proyecto”, dijo González Villarreal a pregunta de ejecentral.
La oportunidad del agua en el Valle de México
En la estrategia que plantean los autores del informe, se detallan también “acciones sustantivas” con la infraestructura, la gestión de los recursos y las fuentes. Por ejemplo, “no es posible seguir usando el acuífero sin reglamentación”, señalan.
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También hay temas transversales, como la generación de un plan de acción inmediata frente a sequías; también proponen el desarrollo de capacidades con, por ejemplo, un servicio profesional de carrera en el tema de la gestión del agua.
Pero el énfasis del equipo estuvo en que las decisiones deben estar basadas en criterios técnicos y científicos y que no deben politizarse. En sentido, consideran que las elecciones en junio y la crisis hídrica pueden ser un punto de partida para arrancar con el cambio de paradigma que conduzca al manejo sustentable del agua en el Valle de México.
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