Caracas. Unos 7.2 millones de venezolanos votaron en un plebiscito simbólico contra el presidente Nicolás Maduro y su Asamblea Constituyente, pero el gran desafío de la oposición ahora será cómo capitalizar ese caudal electoral parar lograr un cambio de gobierno. “Venezuela lo dijo claramente: no queremos una Constituyente fraudulenta e impuesta. No queremos ser Cuba, no queremos ser un país sin libertad”, dijo el jefe del Parlamento de mayoría opositora, Julio Borges, en el teatro Chacao, este de Caracas, donde fueron anunciados los resultados. La rectora de la Universidad Central de Venezuela, Cecilia García Arocha, en representación de una comisión de garantes, anunció que 6 millones 492 mil 381 personas votaron en el país y 693 mil 789 en el exterior, tras escrutadas el 95% de las actas electorales. “Hoy Venezuela le dijo sí a un país digno, a un país democrático, a un país donde la gente no se tenga que ir porque no tiene futuro. Ha quedado claro el mandato que nos dio el pueblo”, dijo Borges, junto a los principales dirigentes de la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Antes de que fueran difundidos los resultados, el oficialismo los cuestionó, al señalar que el proceso no es vinculante y es “ilegal” por no contar con el aval ni la auditoría del poder electoral, acusado por la oposición de servir al gobierno. El dirigente chavista Jorge Rodríguez aseguró que presentarán videos que confirman votaciones fraudulentas, al tiempo que cuestionó que la oposición vaya a quemar los cuadernos electorales bajo el argumento de evitar represalias contra los votantes. En un fuerte pulso, el gobierno también movilizó masivamente a sus seguidores en un simulacro organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), de cara a la elección el 30 de julio de 545 asambleístas de la Constituyente. Al cierre de la jornada se registraron hechos violentos en Caracas. Una mujer de 61 años murió y otras tres personas resultaron heridas por pistoleros que atacaron un centro de votación en el popular barrio de Catia (oeste), de lo cual la MUD responsabilizó a grupos de civiles afines al gobierno.
Definen estrategia tras el voto masivo contra Maduro
La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) quiere ahora delinear su ofensiva final en su objetivo de sacar a Maduro del poder, después de casi cuatro meses de protestas que dejaron 96 muertos. En las últimas elecciones celebradas en Venezuela, las parlamentarias de 2015, la oposición arrasó con 7.7 millones de votos de un total de casi 20 millones de electores, quebrando una hegemonía chavista que duraba desde hacia 17 años. “La oposición debe tener una hoja de ruta clara, después de haber levantado tanta expectativa. Si no podría sufrir un fuerte golpe de legitimidad, el pueblo está esperando acciones contundentes”, advirtió por su parte Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos. El oficialismo cuestionó los resultados de antemano, señalando que el proceso no es vinculante y es “ilegal” por no contar con el aval del Consejo Nacional Electoral (CNE), acusado por la oposición de servir al gobierno. A su vez, el desafío del gobierno es evitar una baja participación en la elección de la Constituyente porque nacería sin “legitimidad”, según el analista. La consulta del domingo contra Maduro tuvo el apoyo de asociaciones civiles, de Naciones Unidas, de la Organización de Estados Americanos (OEA), de Estados Unidos y de varios gobiernos de América Latina y Europa. El proceso tuvo como observadores a los expresidentes Jorge Quiroga (Bolivia), Vicente Fox (México), Andrés Pastrana (Colombia), Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica). Fox, quien llamó a votar contra la dictadura”, fue declarado “persona non grata” por el gobierno. Quiroga aseguró por su parte que “la comunidad internacional debe pedir que se anule esa Constituyente golpista”.
“No se vuelvan locos”
Venezuela es sacudida por protestas que dejan 96 muertos desde el 1 de abril, y una crisis económica que asfixia a la población con severa escasez e inflación de tres dígitos. Maduro asegura que la Constituyente traerá la paz y recuperación económica, mientras la oposición afirma que con ese proyecto el mandatario consolidar y perpetuar una “dictadura”. Maduro pidió este domingo a los opositores: “No se vuelvan locos (...), les hago un llamado para que vuelvan a la paz, para que se sienten a hablar”, dijo, al pedir una “oportunidad” para su iniciativa. La Constituyente causó una fractura en el chavismo, a la cabeza de la fiscal general, Luisa Ortega, quien no votó en la consulta aunque saludó a un grupo de opositores que votaba cerca de la Fiscalía. Su esposo Germán Ferrer, diputado chavista, y otros disidentes sí participaron. Por su parte, el líder opositor Leopoldo López, quien desde el pasado 8 de julio cumple prisión domiciliaria, sufragó en casa. Pero respaldado por los poderes electoral, judicial y militar, Maduro da por hecho que tendrá de su lado a partir de agosto una Constituyente que regirá al país como un “suprapoder” por tiempo indefinido. El ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, quien ha garantizado al presidente la lealtad de los militares, llamó este domingo “al pueblo a participar en la Constituyente”. (Foto: RONALDO SCHEMIDT /AFP). DA