La falta de internet, una herramienta esencial en tiempos de pandemia, ha limitado el acceso al trabajo y la educación remota en 40 millones de hogares en América Latina, pese a los esfuerzos de los países por mejorar sus capacidades digitales, informó este miércoles la Cepal.
Las tecnologías digitales se han vuelto una herramienta fundamental en tiempos de cuarentena, ya que han logrado apoyar al sector salud, educacional y laboral. Sin embargo, no toda la población en América Latina y el Caribe cuenta con acceso a internet, incluso carecen de un aparato electrónico como computadoras o teléfono móvil para acceder a la red, revela un informe divulgado hoy por la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL).
En países como Brasil y Chile, más del 60% de los hogares del segmento más pobre tienen conexión a internet, mientras que en Bolivia, Paraguay y Perú, sólo el 3% de los hogares más humildes cuenta con ella, refiere el documento titulado “Universalizar el acceso a las tecnologías digitales para enfrentar los efectos del Covid-19”. Concluye este texto que la conectividad condiciona el derecho a la salud, la educación y el trabajo;
al tiempo que puede aumentar las desigualdades socioeconómicas.
Desde el comienzo de la crisis de Covid-19, la demanda de servicios de comunicación de banda ancha se ha incrementado vertiginosamente. La CEPAL estima que alrededor de 21.3% de los trabajadores podrían teletrabajar, mientras que la mayoría del empleo informal se concentra en sectores que necesitan interacción física, por lo que no se puede desarrollar en forma remota.
Cuanto más duren las medidas de cuarentena y la suspensión de la actividad económica mayores serán las consecuencias para los trabajadores que no pueden teletrabajar, lo que aumenta las vulnerabilidades y desigualdades.
En el entorno educacional el confinamiento también ha dejado secuelas en los sectores más vulnerables, alerta el estudio. Debido a la suspensión de las clases presenciales, los países de la región han desarrollado estrategias para sostener actividades educativas a distancia en línea, sin embargo, esta solución sólo es posible para quienes cuentan con conexión a internet y dispositivos de acceso.
En Bolivia, El Salvador, Paraguay y Perú, más de 90% de los niños y niñas de los hogares más pobres viven sin acceso a la red. “La diferencia entre los estratos económicos más altos y más bajos condiciona el derecho a la educación y profundiza las desigualdades socioeconómicas”, puntualiza la CEPAL.
Los servicios de salud a través de plataformas digitales, han contribuido a descongestionar los centros de salud y hospitales, frenar la transmisión del coronavirus y aplanar las curvas epidémicas y de contagio, sin embargo, esta modalidad también ha traído desventajas.
Una de ellas tiene que ver con la edad y el nivel de formación de los pacientes: los menos capacitados digitalmente (por ejemplo, las personas mayores) son más vulnerables y tienen menor capacidad para beneficiarse de las soluciones de salud electrónica.
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