23 años después, México aprendió la lección del TLCAN

7 de Noviembre de 2024

23 años después, México aprendió la lección del TLCAN

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Por primera ocasión el gobierno federal se sentará a negociar en un piso mucho más parejo el futuro del acuerdo trinacional

La negociación del Tratado de Libre Comercio del América del Norte (TLCAN) en 1994 condenó a más de un sector de la economía nacional. No será así en la renegociación que arrancará este miércoles en Washington.

Hace 23 años, la economía nacional abría sus puertas por primera vez al mundo. Sin jamás haber jugado en el tablero comercial internacional, México llegó de la mano de Estados Unidos y Canadá, dos economías monstruosamente superiores a la nacional, aún ahora los son.

La firma del tratado pulverizó sectores como el juguetero, que quedó reducido al ámbito artesanal, y dejó herida de muerte a la industria textil nacional. Eso no pasará en la renegociación del que se ha convertido en el tratado de libre comercio más importante y pujante del mundo, con un valor por hora de más de 108 millones de dólares.

México y su mercado no son los mismos que firmaron por primera ocasión el TLCAN. La curva de aprendizaje que arrancó en 1994 dejó lecciones dolorosas para el empresariado mexicano, los cuales no están dispuestos a repetir o a dejar cabos sueltos o a mostrar un “talón de Aquiles” durante las mesas de renegociación.

El sector privado nacional asegura que no sólo está listo para la que podría ser una negociación álgida y extenuante, sino que a lo largo de seis meses preparó un tablero estratégico en el que fueron mapeadas las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas de cada uno de los sectores de la economía nacional.

Fuentes cercanas a la renegociación aseguraron a ejecentral que en 2107 no habrá cabos sueltos, no se dejará lugar a la confianza de una supuesta difusión de la estrategia que el gobierno de Donald Trump posiblemente seguirá o del silencio a medias del gobierno canadiense respecto al proceso. En esta ocasión México, aseguran quienes serán protagonistas, hizo su tarea.

Es por eso que por primera ocasión en 23 años, el gobierno federal se sentará a negociar en un piso muchomás parejo el futuro del acuerdo trinacional. La interdependencia de una cadena comercial que tan sólo entre México y Estados Unidos se traduce en más de 600 billones de dólares y cinco millones de puestos de trabajo en ambos lados de la frontera, le da buenas oportunidades al mercado nacional.

Cambio de estrategia

Para los alfiles empresariales del país, el origen del TLCAN fue una lección aprendida. Sin embargo, México llega a la primera ronda en Washington con un margen de error prácticamente nulo en una negociación que planteará temas en los que las diferencias están casi cantadas: comercio electrónico, el sector agroalimentario, la disparidad de sueldos; así como la definición de las reglas de origen y los mecanismos para dirimir diferencias, son sólo algunos de estos.

Es por eso que el que fue denominado Consejo Consultivo Estratégico de Negociaciones Internacionales, en el que participaron más de 300 empresarios y especialistas, apostó por desfragmentar el mercado nacional y así detectar sus fortalezas y debilidades, así como sus oportunidades y amenazas.

Determinamos cuáles era los puntos sensibles en toda la industria. Las fracciones arancelarias más sensibles aquí y allá: industriales, comerciales, agropecuarias. El tema de los granos, del acero, de los alimentos, del comercio en lo general”, explicó Humberto Lozano, presidente de la Cámara de Comercio de la Ciudad de México.

El empresario, que tendrá un rol activo en la segunda ronda de negociaciones, en la Ciudad de México, agregó que “una vez que se determinaron cuáles era los productos, los servicios y las fracciones más sensibles, se determinó quienes eran los actores que influenciaban más en ese mercado, nacionales y extranjeros”.

Ese proceso le permitió al sector empresarial nacional mapear a los congresistas y gobernadores en Estados Unidos que tendrían un rol determinante en la renegociación, y convertirlos en aliados indirectos de México.

Se tienen un cuadriculado muy acertado y analítico por cada sector, por cada fracción arancelaria sensible, es decir, los factores decisivos que influyen en el bienestar del país”, reafirmó.

Sin un talón de Aquiles, al menos aparente, del que sus contrapartes estadunidenses y canadienses puedan tomar ventaja, el sector privado está ya en Washington y acondiciona los últimos detalles del que será su cuarto de guerra. La sala remota de la negociación, el también llamado “cuarto de junto” operará de las inmediaciones del Río Potomac, en el Hotel Marriot Wardman Park, las acciones que se lleven a cabo en la mesa de renegociación.

Hasta ese punto ya ha viajado una buena parte de la delegación nacional que acompañará como un espejo la negociación. El mariscal de campo de los empresarios nacionales, Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), llegará este miércoles en un vuelo privado acompañado de Valentín Díez Morodo, actual presidente del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE).

Los preparativos para este momento arrancaron desde septiembre del año pasado, detalló el presidente de la Cámara de Comercio de la Ciudad de México (CANACO), en entrevista con Ejecentral. “En octubre se dieron (las reuniones entre empresarios) con mayor insistencia” para que, ese mismo mes, a través del CCE, se pide a Moisés Kalach “que encabece los trabajos en comunión con el COMCE, con Valentín Díez Morodo”. Kalach fue la cabeza de playa para la ofensiva empresarial.

Lozano recordó que el mismo Valentín Díaz Morodo formó parte del cuerpo empresarial que gestionó la negociación original del TLCAN, en 1994, en un modelo que sirvió como base para la definición de la estrategia que se implementará en las semanas de renegociación que se organizarán en Washington, la Ciudad de México y Quebec, en Canadá.

Con la ruta en proceso, la iniciativa privada nacional tenía ahora la tarea de sumar a todos los sectores productivos nacionales. Especial atención requirió el sector agropecuario, “que es muy sensible”, por el gran volumen de importaciones que México hace de alimentos y productos alimentarios de Estados Unidos.

El cierre de filas llegó sólo cuando las cúpulas empresariales contaron con el mapa estratégico que servirá como plano de acción durante el tiempo que se extienda la negociación, del cual, aunque no existe una fecha límite, los actores sí buscarán evitar alargarlo para que no se contamine con los procesos electorales en México y Estados Unidos.

Carrera de resistencia

La negociación más importante en la historia comercial de México ha tocado a la puerta. El futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte comenzará hoy a redibujarse en Washington, la primera de las tres estaciones que reunirá a los tres países integrantes de la región comercial más pujante del planeta.

Este miércoles comienzan las rondas de negociación de la alianza comercial trinacional. La estrategia mexicana buscará sacar provecho de la trascendencia que el mercado local tienen en 16 estados de la Unión Americana, en los que son sus clientes número 1. California, Nuevo México, Iowa, Texas, figuran entre estos, y en los que, el grupo empresarial, junto con diputados, senadores y funcionarios del gobierno federal, realizó lobbing en la etapa previa a la renegociación.

Aun con esto, los equipos estratégicos saben que la renovación del TLCAN pasará inevitablemente por temas como comercio electrónico y los derechos de autor, el equilibrio de salarios mínimos y la definición de las reglas de origen, las cuales con seguridad detonarán las diferencias entre los representantes comerciales de cada nación involucrada.

Uno de los temas más sensibles en las mesas de negociación será, precisamente, el de las reglas de origen, que a propuesta del presidente Donald Trump tendría que ser en tres partes de 33 por ciento de participación de cada país respecto de la cadena de producción de un artículo, lo que descartaría, o por lo menos pondría en aprietos, a muchos industriales mexicanos que importan piezas para maquilar algún producto de varios países asiáticos.

Por lo pronto, en las negociaciones que pueden durar hasta el año 2019, por los procesos de aprobación legislativos en los congreso de los países integrantes del TLCAN, aunque se tiene contemplado tocar temas como el aumento del salario mínimo en la región económica, no se tienen contemplados temas como el libre tránsito de personas o temas de índole político social, como los derechos humanos o la migración.

Más que aliados, México contará con empresarios, gobernadores, legisladores y funcionarios estadunidenses, principalmente, que son sensibles del tamaño e importancia del intercambio comercial entre ambos países, lo que con seguridad los ha llevado a pensar en “lo que les puede pasar a sus connacionales “, si la negociación fracasa.

De acuerdo con el plan de trabajo, las rondas tendrán la duración de una semana por dos de ajustes, para retomar las actividades en la Ciudad de México y finalmente en Quebec, en Canadá. Las decisiones que se cierren en las mesas deberán después afrontar el escalón de los congresos nacionales de las tras naciones, en donde quedará sellado el futuro del TLCAN.

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