La frontera norte de México es la ruta migratoria más letal del continente, y la tercera a nivel mundial, sólo detrás del Mediterráneo central y el desierto del Sahara; en el último año, un total de 655 personas perdieron la vida o desaparecieron al intentar cruzar a Estados Unidos, así lo revelan datos del Proyecto Migrantes Desaparecidos.
Esta plataforma destaca que 2021 también fue el año más letal para las mujeres que intentaron cruzar la frontera entre Estados Unidos y México con 87 víctimas, mientras que las defunciones entre menores de edad alcanzaron un total de 21 reportes, la segunda cifra más alta desde hace ocho años.
Las principales causas de muerte identificadas en esta ruta migratoria son el ahogamiento con 700 víctimas, mientras que las condiciones ambientales extremas o la falta de albergue, comida y agua se posicionan en segundo lugar con 519 registros; sin embargo, el 56.2% de las defunciones en esta frontera son clasificadas como “desconocidas”.
Datos de este proyecto también revelan que en toda América han muerto o desaparecido 5 mil 822 personas en los últimos ocho años, pero 2021 tiene la tasa más alta con un 19.4% del total de estos registros, lo que representa mil 133 víctimas.
La segunda ruta migrante más peligrosa del continente es entre República Dominicana y Puerto Rico con un total de 183 víctimas desde 2014, mientras que el trayecto entre Venezuela y el Caribe se ha posicionado en el tercer puesto con 176 personas ahogadas en los últimos ocho años.
Por otra parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresó su preocupación ante la reactivación del programa “Quédate en México”, que obliga a los migrantes esperar en territorio nacional la resolución de sus solicitudes de asilo, ya que “supone un riesgo para la capacidad humanitaria del país, que ya está al límite”.
Además, la ONU teme que la implementación de este programa cause que las personas busquen rutas más peligrosas para entrar a Estados Unidos, por lo que el número de migrantes desaparecidos o muertos podría aumentar tras la reducción de los controles por la pandemia de Covid-19.