En el Día del Niño, la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), denunció que alrededor de 2.5 millones de menores se ven obligados a trabajar para ayudar a la economía familiar, siendo ocho de cada 10 pertenecientes a comunidades indígenas. El director ejecutivo de Redim, Juan Martínez Pérez, dijo que los niños “pierden escuela, afecta su salud y pierden tiempo lúdico y de recreación”, por lo que recalcó la importancia del Estado para que garantice políticas que puedan erradicar el trabajo infantil. De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 2 millones 480 mil niños y adolescentes entre 5 y 17 años llevan a cabo alguna actividad laboral, hecho que la Redim vincula con la pobreza que, acorde al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el 43.6% de la población mexicana lo padece, viviendo el 7.6% de ellos en pobreza extrema.
Cuando niños y niñas trabajan para otros empezamos a tener problemas, porque no se respetan los horarios, y se les expone a actividades que pueden tener riesgo”, expuso Martínez Pérez, quien destacó que la mayoría de estos jóvenes trabajan en pequeños talleres y realizan labores agrícolas, muchos con remuneraciones inferiores a las establecidas o sin cobrar nada.
Cifras del INEGI también revelan que más de 900 mil niños no asisten a la escuela por trabajo; 2.2 millones realizan trabajos ilegales y 1.3 millones llevan a cabo actividades peligrosas. La ley en México estipula que la edad legal para que un joven pueda laborar es de 15 años. El director de la Red aseveró que el Estado ha sido parte de la propagación del problema debido a que no ha habido un aumento en el ingreso familiar y por sólo intervenir cuando se tratan de víctimas: “Se considera que los niños son responsabilidad de la familia, y el Estado solamente interviene cuando hay un niño víctima, o el adolescente se convirtió en victimario. No se los reconoce como ciudadanos de pleno derecho”, denunció. (Con información de MVS Noticias). AT/