En el directorio de la Embajada de México en Brasil, Beatriz Paredes se mantiene al frente de la misión. Pero, dicen los que saben que hace meses ya no se encuentra en Brasilia, sino en la Ciudad de México. No la extrañan en la Cancillería, donde se quejan de la mala información que les dio sobre las consecuencias del escándalo Lava Jato sobre la presidenta Dilma Rousseff y el expresidente Luis Inácio Lula da Silva. Los informes que recibían de ella en Relaciones Exteriores decían que no le iba a suceder nada a Rousseff, y que las acusaciones de corrupción en su contra y contra Lula, no tenían futuro. Resultó todo lo contrario y dicen los que saben que quien no tiene el futuro claro ahora es doña Beatriz, quien se apresuró a promoverse en medios como la gran candidata a secretaria de Cultura tras la muerte de Rafael Tovar y de Teresa.