El gobierno federal se voló la barda. Respondió a las presiones de la CNTE y hasta del narco Ovidio Guzmán, pero le dio la espalda a los alcaldes, a quienes el martes pasado dispersó de Palacio Nacional con gas lacrimógeno, lo que no se hizo ni con los vándalos que pintaron la Puerta Mariana el pasado 26 de septiembre.
Los presidentes municipales de todos los partidos, no sólo del PAN, PRI o PRD, sino de Morena, llegaron a las 6 de la mañana a Palacio Nacional y pidieron una audiencia con AMLO. Intentaron llamar su atención con cohetes y música de banda, pero ni con eso despertaron la curiosidad del tabasqueño, quien llevó a cabo su conferencia con normalidad y sin referirse a los funcionarios locales.
Ojo, porque algunos periodistas en la mañanera escucharon las detonaciones y manifestaron su espanto. ¡Y cómo no tener los pelos de punta si la manifestación fue el mismo día del operativo en Tepito, un día después de los bloqueos en Michoacán y cinco días después de la detención y luego liberación de Ovidio!
Uno de los primeros en delatar el uso de gas lacrimógeno fue el alcalde de Huixquilucan y presidente de la ANAC, Enrique Vargas del Villar, quien fue al frente de la manifestación con una manta que decía: “Salvemos los municipios”. Acudieron a la cita funcionarios como Juan Hugo de la Rosa, de Nezahualcóyotl, quien dijo que por meses han negociado, pero no se atienden sus demandas; mientras que Maru Campos, de Chihuahua, escribió en su Twitter que “AMLO le tiene miedo a los alcaldes del país, no al Chapito”.
Vargas comentó que eran entre 200 y 250 alcaldes de “todos los partidos”, que AMLO se debe dar cuenta de que no hay un pueblo feliz, feliz, feliz y desde que asumió la Presidencia de la República no los ha recibido. ¡Tómala!
El vocero de Presidencia, Jesús Ramírez, respondió que el gas lacrimógeno no se le rocío a nadie, que fue una cantidad muy pequeña y se lanzó al ambiente porque los funcionarios locales pusieron en riesgo la vida de los trabajadores que están restaurando el edificio, empujaron a los policías militares y querían entrar por la fuerza a pesar de que ya había una mesa de negociación.
“Quisimos entrar sí, que no mientan no lo quisimos hacer violentamente, no es para que nos trate con gas lacrimógeno, a delincuentes los liberan y a los alcaldes no nos reciben”, reviró Vargas.
Urge, sin duda, una reconciliación entre órdenes de gobierno. Los funcionarios no se pueden ver como enemigos o la población pagará las consecuencias de la polarización.
Para estas fechas se acostumbra que los presidentes municipales pidan audiencia en la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, de cara a la aprobación del Presupuesto de Egresos. El año pasado en San Lázaro hubo filas enooormes de funcionarios que llevaron sus peticiones de obras y proyectos de seguridad.
¡Ah!, pero qué les cuento que la Conferencia Nacional de Municipios de México emitió un documento en el que detalla la afectación que tienen en el proyecto del Presupuesto 2020. En primera, los recursos totales del ramo 28: participaciones para entidades federativas y municipios, decrecen 0.5% en términos reales y en segunda el monto destinado para los municipios dentro del ramo 33 aumentó solamente 0.1% en términos reales.
Súmele que no se presupuestaron el Fondo de Apoyo al Migrante, el Fondo Minero y el Programa de Pueblos Mágicos; se redujo a tres mil millones de pesos el recurso total del Fortaseg, el de seguridad; no se presupuestaron recursos para proyectos municipales, además de que el FAIS y el Fortamun incrementaron sólo 0.7% en términos reales.