Micro y nanoplásticos pueden causar enfermedad cardiovascular
Lo fragmentos de plástico, que están cada vez más presentes, pueden contribuir a la obstrucción de arterias
Hasta ahora, los microplásticos y nanoplásticos, que se han detectado en lo que comemos y bebemos y hasta en los órganos de algunas personas, han sido considerados motivo de alarma, pero, dada su baja toxicidad, no se sabía cómo podían resultar peligrosos; sin embargo, hace unos días, se publicó el reporte de una investigación que encontró que se pueden acumular y contribuir a la obstrucción de los vasos sanguíneos.
El reporte, publicado en el New England Journal of Medicine, aclara que se dio seguimiento a 257 pacientes, y que a 150 de ellos se les detectaron microplásticos y nanoplásticos (MNP) “dentro del ateroma”, que son las masas de grasa, colesterol y otras sustancias que se forman en las paredes de las arterias y restringen el flujo sanguíneo.
“Los pacientes con placa de la arteria carótida en los que se detectaron MNP tenían un mayor riesgo de sufrir una combinación de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o muerte por cualquier causa a los 34 meses de seguimiento que aquellos en quienes no se detectaron MNP”. Raffaele Marfella y colaboradores (NEJM, 2024; 390:900-910).
El peligro se sospechaba
En un comentario editorial de la revista, Philip Landrigan, experto del Programa para la Salud Pública Global y el Bien Común del Boston College, señala que “(c)omo suele ocurrir con los nuevos peligros, los riesgos para la salud de los plásticos se reconocieron por primera vez en los trabajadores”.
Las alertas tempranas, agrega Landrigan, incluyeron, por ejemplo, problemas de hígado entre trabajadores que tuvieron exposición al cloruro de polivinilo5, y casos de enfermedad pulmonar en trabajadores textiles expuestos a hilo de nailon.
Tanto el equipo de Marfella como Landrigan señalan que aún no está claro que los micro y nanoplásticos sean causantes directos de enfermedades cardiovasculares en humanos y que podría haber otros factores, “la información ahora disponible es motivo de preocupación”.
Se trata de un “descubrimiento revolucionario”, agrega Landrigan y destaca “una serie de preguntas urgentes. ¿Debería considerarse la exposición a microplásticos y nanoplásticos un factor de riesgo cardiovascular? ¿Qué órganos además del corazón pueden estar en riesgo? ¿Cómo podemos reducir la exposición?”
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“Encuentran nanoplásticos en agua embotellada” y “Hay microplásticos en cada placenta humana”.