Antirretrovirales, austeros y funcionales

26 de Septiembre de 2024

Antirretrovirales, austeros y funcionales

En poco tiempo se podrán eliminar tratamientos para atender el VIH que son obsoletos y serán sustituidos por medicinas más eficaces, lo que significará un ahorro de por lo menos mil 260 millones de pesos por año

maaguilar@ejecentral.com.mx

A finales de abril pasado, organizaciones sociales y pacientes alertaron del desabasto de tratamiento antirretroviral (ARV) en clínicas de IMSS, ISSSTE y Seguro Popular.

Esta tardanza se debía a un cambio de estrategia, una nueva forma de comprar medicamentos sin intermediarios, obteniendo más descuentos y mejor calidad.

Para conseguirlo se integró un equipo de cinco médicos, entre ellos Juan Sierra Madero, que inició el análisis de medicamentos en el mercado y, posteriormente, los acercamientos con laboratorios para la compra de antirretrovirales que tuvieran el mismo o mejor nivel.

“Hasta noviembre del año pasado, México tenía como tratamiento de inicio recomendado a la mayor parte de las personas el uso de Atripla, que es el medicamento basado en Efavirenz, es y ha sido un excelente medicamento para los pacientes; sin embargo, a lo largo del tiempo ya teníamos preocupación de que el medicamento siguiera siendo efectivo para inicios de nuevos tratamientos por un aumento en la tasa de resistencia que se llama transmitida”, explicó el infectólogo.

La guía del tratamiento recomendaba continuar con Atripla, sobre todo por cuestiones económicas, ya que era el más accesible hasta el momento y realizar una prueba de resistencia podría ser muy costosa y retrasar el inicio del tratamiento para los pacientes.

“Estábamos en ese dilema de que ya era tiempo de cambiar hacia los nuevos esquemas basados en los inhibidores de integrasa, como muchos otros países ya lo estaban haciendo, y que la guía recomendaba como una opción, pero que el sistema de salud los restringía por los costos más elevados que tenía este medicamento”, detalló a ejecentral Sierra Madero.

Entonces, la sugerencia del equipo médico fue: “Busquen el mejor inhibidor de integrasa que haya, traten de consolidar a la mayor parte de los pacientes hacia esos esquemas, los pacientes que lo puedan recibir, que se puedan favorecer de él. En lugar de tener pacientes con muchos esquemas, pues tener a la mayoría con uno preferente que fuera basado en estos mejores medicamentos, tratar de sacar de los esquemas medicamentos ya obsoletos”.

La negociación, relató el médico, se dio con base en el volumen de compra, por lo que se pudo obtener un precio menor del que tenía el medicamento actual. De un costo de dos mil 200 pesos que tenía, se pasó a un nuevo medicamento con un costo de hasta mil 500 pesos, un ahorro que podría llegar a mil 260 millones de pesos por año.

›“La Secretaría de Hacienda y la Secretaria de Salud se embarcaron en conjunto en una negociación que resultó muy favorable, con reducciones de precios, que son menores a las que teníamos nosotros. Y esto permitió hacer una generalización del uso del medicamento. Más que tenerlo como restringido, ahora poderlo generalizar a la mayor parte de los pacientes”, celebra el jefe del departamento de Infectología.

Aunque el nuevo tratamiento no puede ser utilizado por todos los pacientes, sobre todo por aquellos que tienen otras enfermedades como tuberculosis o que su carga viral es muy amplia, ha sido muy eficaz para quienes inician tratamiento.

“Son medicamentos que están funcionando en otros países que ponen de referencia, ayudan a que el paciente sea más pronto indetectable, que tenga menos efectos secundarios, que se disminuya la dosis de lo que toman, que ayuden a la adherencia y que no haya resistencia”, reconoció Hilda Peñaloza.