Por Juan Carlos Rodríguez | @Juancart_63
A unos días de presentar su Cuarto Informe de Gobierno y a punto de iniciar el último tercio de su administración, el presidente Enrique Peña Nieto tiene un desempeño que fluctúa entre lo malo y lo regular.
En una escala del 1 a 5 (donde 1 es “bajo” y 5 es “alto”), el funcionamiento del gobierno federal tiene una calificación de 2.9. Es decir, ni siquiera llega al nivel “medio”, de acuerdo con el Sistema de Evaluación del Desempeño (SED), herramienta elaborada por las secretarías de Hacienda y de la Función Pública.
Según esta base de datos, que analiza la eficacia con que se aplican 380 programas federales, el eje de gobierno que obtiene la peor calificación es “México incluyente” (que contiene las estrategias contra la pobreza y el combate al hambre), con una nota de 2.6.
Con cifras actualizadas a junio de 2016, el portal de Transparencia Presupuestaria (www.transparenciapresupuestaria.gob.mx, donde está alojado el SED) refiere que el eje “México Próspero” (que concentra las acciones en materia de empleo, desarrollo económico y financiero) es el mejor evaluado, con un puntaje de 3.2.
La escala que maneja el Sistema de Evaluación del Desempeño de los programas presupuestarios federales considera 1 (bajo), 2 (medio bajo), 3 (medio), 4 (medio alto) y 5 (alto).
Desorden presupuestal
Para Marco Fernández, investigador de México Evalúa, organización especializada en vigilancia del gasto público, la baja calificación del gobierno federal en la aplicación de programas presupuestarios es consecuencia de la opacidad que reina en los recursos públicos aplicados a la política social.
“Un ejemplo de ello es la Cruzada Nacional contra el Hambre, pues ya son cuatro años de gobierno y aún no tenemos información clara de cómo se han ocupado esos recursos ni de qué manera se ha reducido el problema de la carencia alimentaria”, afirmó el también profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey.
Agregó que la eficiencia presupuestal es urgente en este rubro, pues se trata de recursos que son etiquetados para atender a los más necesitados de este país.
Fernández explicó que un desorden presupuestal que le pega a la política social es el relacionado con el Ramo 23.
Dijo que en las negociaciones del presupuesto para 2016, los legisladores tomaron recursos de programas destinados a la educación, la salud y el medio ambiente para reasignarlos al Ramo 23, que es el rubro del presupuesto destinado a atender necesidades de los estados y municipios, pero que carecen de lineamientos, reglas de operación, obligaciones de transparencia ni son sometidos a evaluación, lo que permite que los legisladores lleven recursos a sus lugares de origen, y que este año ascendió a 40 mil millones de pesos.
El cuadro de honor
Al analizar dependencia por dependencia, las que obtuvieron una calificación superior al promedio fueron los Tribunales Agrarios (4.5), las secretarías de Energía (4), Hacienda (3.5), Medio Ambiente y Recursos Naturales (3.5), Función Pública (3.5), la Procuraduría General de la República (3.5) y el IMSS (3.5).
En cambio, las dependencias que le restan puntos al promedio de todo el aparato de gobierno de Peña Nieto son el ISSSTE (1.7), Conacyt (2.7), Secretaría de Salud (2.5), Sedatu (2.8) y SCT (2.9).
El área gobierno donde hay una mayor proporción de programas con calificación 1 o 2 (“bajo” y “medio bajo”) es “México en Paz”, donde se alojan las estrategias de seguridad y combate al crimen, con 20% de los 39 instrumentos que la integran.
En contraste, el eje gubernamental que se distingue por el mejor desempeño de los programas es “México con Educación de Calidad”, donde sólo 3 por ciento de los instrumentos tiene calificación 1 o 2.
FRASE
❝Un ejemplo es la Cruzada Nacional contra el Hambre, pues ya son cuatro años de gobierno y aún no tenemos información clara de cómo se han ocupado esos recursos❞.
Marco Fernández, investigador de México Evalúa
SOTANEROS
De los 380 programas analizados por el Sistema de Evaluación del Desempeño (SED), seis tienen calificación de 1 (bajo).
Dos de ellos los maneja la Semarnat (Inversión en infraestructura social y protección ambiental y Programa de devolución de derechos).
Uno más es administrado por la Secretaría de Desarrollo Social (programa Promoción y evaluación de la política de desarrollo social y comunitario, la participación y la cohesión social).
También está el programa Administración técnica de asignaciones y contratos, que es manejado por la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
El programa Proyectos de infraestructura social de asistencia y seguridad social, dependiente de la Secretaría de Marina, también está entre los instrumentos con la más baja calificación.
SEP y Sedesol quedan a deber
Si la correcta aplicación de los programas presupuestarios fuera un criterio para calificar al gabinete presidencial, los titulares de Educación Pública, Aurelio Nuño, y de Desarrollo Social, José Antonio Meade, serían los más rezagados.
El Segundo Informe Trimestral de Seguimiento a los Aspectos Susceptibles de Mejora de los Programas y Acciones Federales refiere que la dependencia con más anomalías detectadas por evaluadores externos y de gobierno es la Secretaría de Educación Pública (SEP), con 194 fallas, lo que equivale a 28.5 por ciento de un total de 681.
De las debilidades mostradas por la SEP, nueve tienen que ver con atención al deporte (dos de las cuales atañen al sistema del deporte de alto rendimiento); siete se relacionan con la prestación de servicios de educación técnica, media superior, y superior; seis están vinculadas al desarrollo de actividades culturales, y tres a la evaluación de los profesores.
Con datos actualizados a junio de 2016, la segunda dependencia con más aspectos susceptibles de mejora es la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), pues acumula 105 observaciones, lo que equivale a 15.4 por ciento del total que tiene la administración pública federal.
El punto más vulnerable para la secretaría que encabeza Meade son los comedores comunitarios –punta de lanza del programa Sin Hambre– pues 15 fallas se concentran en ese rubro.
Otra área de oportunidad está en el Programa de Abasto Rural a cargo de Diconsa y el programa Prospera, con diez debilidades cada uno. Otra de las fallas está en la generación de políticas públicas para jóvenes, con nueve anomalías susceptibles de mejora, seguido del Programa Migrantes 3x3 y el Programa de Abasto Social de Liconsa, con siete observaciones cada uno.
Otra dependencia que también acumula varias decenas de observaciones sobre debilidades o amenazas es la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), con 56 hallazgos, equivalentes a 8.2 por ciento del total.
De acuerdo con el Segundo Informe Trimestral, las ASM son los “compromisos que asumen las dependencias para introducir mejoras en un programa presupuestario con base en los hallazgos, debilidades, oportunidades y amenazas identificadas en una evaluación externa”.
Los aspectos susceptibles de mejora también tienen niveles de prioridad, pues hay observaciones que se deben atender a la brevedad.
Entre los instrumentos que deben aplicar correcciones urgentes está el Programa para el Desarrollo Profesional Docente, el Programa de Inclusión Digital (dependientes de la SEP), el Fortalecimiento de la atención médica, la Protección contra riesgos sanitarios (operados por la secretaría de Salud), los Apoyos para el desarrollo forestal sustentable (manejado por Semarnat) y Subsidios a programas para jóvenes (del Instituto Mexicano de la Juventud) CIFRAS 681 fallas fueron detectadas por evaluadores externos, en el segundo trimestre de 2016, en 164 programas que maneja el gobierno federal.
194 observaciones son de competencia de la Secretaría de Educación Pública, dependencia con más áreas susceptibles de mejora.
DATO El dato. La escala que maneja el Sistema de Evaluación del Desempeño (SED) para calificar los programas presupuestarios federales es: 1 = Bajo. 2 = Medio bajo. 3 = Medio. 4 = Medio alto. 5 = Alto.