¿Qué hizo Vidulfo Rosales que ha provocado una campaña mediática en su contra? ¿Qué preocupó para tratar de romper su trabajo jurídico de año y medio con los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa? ¿Qué llevó a la decisión de que era mayor el beneficio de esta campaña al costo de reforzar la idea en el mundo que el Gobierno está atacando a individuos y organizaciones que luchan por los derechos humanos? Rosales no es el primero del lado de la causa de Ayotzinapa en ser atacado, pero sí es contra quien los instrumentos del Estado han jugado el papel más infame desde que se cometió el crimen de Iguala.
Rosales también está vinculado a Miguel Álvarez Gándara, director de Servicios y Asesoría para la Paz, que fundó el finado obispo Samuel Ruiz, quien a su vez ha trabajado con Emilio Álvarez Icaza, Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, recientemente demandado por extremista José Antonio Ortega, Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad, que motivó una protesta internacional al verlo como un nuevo ataque del Gobierno. La PGR desestimó esa denuncia, que fue interpretada en el mundo como una acción del Gobierno.
La red de Rosales es extensa, por lo que los audios que circularon este mes tienen efectos multiplicadores. En el primero habla por teléfono con uno de los padres de los normalistas desaparecidos, dejando la impresión que se quedaron con 200 mil pesos que supuestamente les habían dado, que eran para los padres. En el segundo, Rosales habla por teléfono con su esposa y se queja de los padres, a quienes insulta y se refiere con un lenguaje racista. Los dos audios fueron difundidos por el mismo periódico que publicó los primeros chats entre la actriz Kate del Castillo y Joaquín El Chapo Guzmán, en donde se sugiere que tenían una relación amorosa.
P.D. El presidente del PAN en Tamaulipas, César Verástegui, envió una carta a este espacio donde niega los señalamientos que lo vinculan con el líder regional del Cártel del Golfo. “Es absolutamente falso que yo tenga alguna relación con el personaje al que usted hace referencia. No lo conozco”, indicó. “No encuentro motivo para creer que, como usted afirma en su publicación, alguna autoridad, ya sea del fuero federal o del fuero común, pudiera incluirme en alguna investigación de cualquier índole”. En la columna, “Elecciones con Olor a Narco”, se apuntó que su nombre es de los más mencionados en el Grupo de Coordinación Tamaulipas, que analiza el Estado de la seguridad semanalmente, por su relación con el criminal. En efecto, se reitera, es de los más mencionados en ese grupo donde participan autoridades federales y estatales. Verástegui dice que no es líder de la Sección 103 del Sindicato de Azucareros. En el texto se le identificó como uno de sus líderes.
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