La comunicación en el ser humano surgió desde la era de las cavernas, y con el paso del tiempo se crearon las herramientas necesarias para que ésta pudiera no sólo ser plasmada, sino transmitida; fue así como a iniciativa del emperador Julio César nació el Acta Diurna Populi Romani considerada como el primer periódico de la historia, donde se narraban las actividades cotidianas del imperio, sin embargo; no fue sino hasta el año 1440 gracias a Johannes Gutemberg cuando se podría pensar en la distribución de los tabloides.
Así la imprenta abrió un nuevo esquema en la forma de conocer las noticias, surgiendo alrededor del año 1600 la figura de lo que ahora conocemos como periodista, y para finales del siglo XIX el periodismo tuvo un giro debido a empresarios como Joseph Pulitzer y William Randolph Hearst quienes crearon grandes diarios destinados a la venta masiva.
Con el paso de los años el periodismo y el consumo de noticias han avanzado, en 1884 Guillermo Marconi nos brindaría la posibilidad no sólo de leer las noticias sino de escucharlas y en 1924 el escocés John Logie Baird aportaría con la televisión, la manera hasta el momento más conocida para informarnos sobre lo que nos acontece día con día.
La tecnología y la forma de presentar la información han cambiado de forma paralela, cadenas conocidas como la BBC en Inglaterra, la CBS y la NBC en Estados Unidos y canal 4 en México fueron parteaguas en la comercialización de noticias; durante el siglo XIX el periodista recorría kilómetros para realizar entrevistas, hacía innumerables llamadas telefónicas, recopilaba información y revelaba demasiadas fotos para presentar al público la noticia; dos siglos después la mayoría de las personas ya no esperamos el periódico por la mañana o las noticias televisivas por la tarde, actualmente nos encontramos equipados con smartphones u otros dispositivos digitales que permiten el monitoreo de información todos los días las 24 horas.
Actualmente, internet, las redes sociales y los sitios web nos permiten un acceso a incontables noticias y páginas con información aparentemente especializada, sin duda, la evolución tecnológica ha permitido una transformación de la noticia y no siempre para bien, como ejemplo tenemos las denominadas fake news, información e imágenes que presentan datos manipulados generalmente con la finalidad de crear pánico.
Desafortunadamente, hoy una parte del periodismo ha perdido objetividad, ya que de acuerdo al informe de la RAND Corporation de este año titulado: Decadencia de la verdad: una exploración inicial del papel decreciente de los hechos y el análisis en la vida pública en 2018 existen cuatro situaciones que han propiciado que los espectadores no consideren cierta la información que es presentada por la prensa: desacuerdo entre el objetivo de la noticia, los hechos, los datos y el análisis; desvanecimiento de la línea divisora entre el hecho y la opinión; pérdida de confianza en el gobierno, medios de comunicación e instituciones que solían ser fuentes de información imparcial; y cuestionan el significado y propósito de las noticias.
Día con día observamos temas complejos en las noticias como la migración, la violencia, el crimen, las políticas públicas y la salud; sin embargo, cada vez recopilamos información de manera menos selectiva y tenemos más dificultades para identificar los hechos verdaderos en un mar de opiniones; es decir, la tecnología nos permite mayor acceso pero menos certeza; tal fue el caso de las vacunas y la creciente ola de padres de familia que a partir del 2000 se ha negado a permitir que sus hijos reciban el medicamento argumentando una investigación publicada en 1998 por el médico Andrew Wakefield relacionando a las inyecciones con el autismo, información que fue desmentida tiempo después.
La forma de presentar las noticias en muchas ocasiones ha convertido al hecho en algo secundario dando paso al sensacionalismo y el amarillismo, ya no sólo se informa, sino que se busca inferir en el espectador, haciendo alusión del sesgo cognitivo que poco a poco ha ido en aumento. Las noticias ya no sólo ponen de manifiesto el acontecimiento, sino que en la búsqueda de completar un ciclo de noticias de 24 horas la desinformación ha comenzado a imperar y el uso de algoritmos en las navegaciones nos guía hacia historias que confirmarán nuestras expectativas y creencias.
Ha cambiado la forma en la que consumimos noticias, y también la manera en la que son producidas, compartidas y difundidas; de acuerdo a la misma RAND Corporation en su investigación: Noticias en una era digital: Comparación de la presentación de la información de noticias a lo largo del tiempo y en todas las plataformas de medios sedescubrió que las noticias presentadas antes del 2000 contenían más referencias al tiempo, hacían uso de entrevistas con expertos quienes tenían títulos oficiales, utilizaban un lenguaje más descriptivo y proporcionaban detalles comprobados de las historias; sin embargo, después del año en mención las noticias involucran más narraciones, enfatizaban las interacciones, dependen menos del lenguaje concreto y más del habla no planificada, como la expresión de opiniones y los argumentos.
Sí, la tecnología ha logrado que podamos ser testigos en tiempo real de muchas de las noticias más importantes del mundo, pero esta aldea global también nos ha creado irónicamente burbujas difíciles de romper, hoy más que nunca es necesario el resurgimiento del periodismo de investigación, del periodismo comprometido con la verdad, del periodismo objetivo; porque como bien lo diría Joseph Pulitzer: “Sólo hay un medio para mantener en pie una sociedad libre y es mantener al público informado”.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.
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