De nada sirvió que los comunicadores del presidente Enrique Peña Nieto pidieran en varias redacciones el domingo pasado que ignoraran el editorial de The New York Times sobre la falta de libertad de prensa en México, y que no le hicieran caso a la carta de 500 académicos, intelectuales y periodistas de todo el mundo pidiendo también al presidente que no haya impunidad en la violencia y los crímenes contra los periodistas. La censura funcionó en la mayoría de los medios, aunque algunos pocos sí difundieron las reacciones en el mundo. En este espacio se decía que no se podía tapar el sol con un dedo, y este martes así sucedió. El presidente actuó y pidió al subsecretario de Gobernación, Roberto Campa, que atienda este caso, por lo que ahora, sí, todos los medios, sin excepción, abordan el tema. Menos mal, porque en varios medios del mundo ya estaban registrando el silencio de la prensa mexicana sobre todo este episodio, como un nuevo capítulo de la falta de libertad de expresión que tanto le están reclamando al presidente estos días.