En la región norte de México “la crisis de salud pública por sobredosis de opioides está empeorando”; sin embargo, “aunque hay un aumento en las muertes por sobredosis”, las agencias gubernamentales mexicanas no han generado información que permita conocer la magnitud del problema “ni una estrategia integral de prevención de sobredosis de opioides”, señala un equipo de investigación en la revista The Lancet Regional Health Americas.
No sólo no existe información pública sobre este problema, que se ha potencializado “debido a la introducción de fentanilo de fabricación ilícita en el suministro local de drogas”, sino que “sólo existe una estrategia de marketing antidrogas que probablemente sea insuficiente para mitigar la creciente epidemia”, agrega el equipo mexicano-estadounidense.
Según las estadísticas oficiales, en México los números relacionados con este problemas son insignificantes. Por ejemplo, en la última Encuesta Nacional de Adicciones el porcentaje de personas que reportaron haber consumido heroína y opio se mantuvo en 2 % entre 2011 y 2016 (no hay cifras posteriores, pues la encuesta fue cancelada por la actual administración), mientras que las muertes por uso de opioides aumentó de cuatro a 11 muertes.
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La Secretaría de Salud reporta que entre 2011 y 2020 fallecieron 105 personas por “trastornos mentales y del comportamiento por consumo de opioides”, y según datos del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Adicciones, sólo 19 personas murieron por el uso de opio o morfina en 2020, y no se reportaron muertes relacionadas con fentanilo.
“No obstante, los esfuerzos comunitarios muestran que esta información está subestimando el número real de sobredosis en el país”, se señala en el reporte de The Lancet, y dicen que organizaciones locales “confirman que México está experimentando un aumento en la incidencia de sobredosis de opioides como consecuencia de la creciente disponibilidad de opioides adulterados con fentanilo producido ilegalmente”.
El análisis, hecho por personal de dos universidades estadounidenses, una canadiense, la organización Prevencasa y la Universidad Autónoma Metropolitana, dice que, “primero, México necesita un sistema integral de vigilancia de sobredosis a nivel nacional”.
También “es necesario crear e implementar una estrategia de prevención descentralizada, que incluya la distribución de naloxona, la ampliación de los servicios de tratamiento en las regiones más necesitadas y la creación de un diálogo activo con las organizaciones comunitarias que ya implementan acciones de reducción de daños”.
Sin embargo, destacan que la actual administración “ha sido notoria” por no poner a disposición del público ni siquiera los datos de la estrategia de comunicación con respecto a los opioides.
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